miércoles, 21 de noviembre de 2012

Marco conceptual y metodologico


El lenguaje en toda su amplitud es fundamental en la educación escolar, no sólo como un área en sí, sino también como vehículo para las otras áreas. Cuando se enseña  lenguaje,  se enseña algo más que una serie de ejes temáticos de carácter lingüístico, también se forma de herramientas necesarias para estructurar el pensamiento y abordar con éxito el conocimiento del mundo.


Hoy día, la expresión escrita es una parte de la lengua y dentro de esa parte, la ortografía ocupa un buen espacio, pues no dominarla, implica costes sociales y escolares muy elevados en cualquier contexto; derivándose ahí su inmensa importancia.

Según Agustín uhía Pinilla en su libro orientaciones sobre la lectura y escritura en la educación básica, pagina 32, dice: “La ortografía hace arte del lenguaje y está íntimamente vinculada a la lectura y a la escritura, y su dominio depende por consiguiente, del manejo del vocabulario, de la lectura y de la escritura”. Es por eso, que la enseñanza de la ortografía debe fundamentarse en el aprendizaje integrado con el lenguaje, la escritura y la lectura, pues el conocimiento visual es el auxiliar o punto de apoyo esencial, en asociación con el significado porque se complementan entre sí, tanto para la escritura como conocimiento ortográfico de las palabras; sin olvidar que los ejercicios propiamente ortográficos deben considerar el grado escolar, la edad y las dificultades q ofrecen en los ejercicios de copia, dictado y producción.

A vista de esta compleja situación, hay que comprender el por qué del interés  social por la ortografía, pues sólo a la ortografía se le exige que sea “racional” y “lógica”, y ello
tiene que ver con el lugar que ocupa dentro del sistema lingüístico.

Sea cual sea el estrato en el que se ubique, parece evidente que la ortografía es un componente externo del sistema lingüístico que tiene la particularidad de que sólo afecta a un tipo de lenguaje: el escrito.

Tradicionalmente, la ortografía de una palabra depende de uno de estos tres factores: la pronunciación, la etimología o el uso. Pero en muchas ocasiones se presenta un conflicto entre ellos, y éstos son los que generan gran parte de las excepciones. Sin duda, esta falta de criterio racional es uno de los que más dificultan el aprendizaje de la ortografía.

Según Florentino Paredes en su libro La ortografía: Una visión multidisciplinar en la pagina 613 propone lo siguiente: “Para dominar la ortografía no basta con atender un solo aspecto, es necesario que interactúen al menos cuatro facultades: atención, memoria, relación y ritmo.

a) La atención: Es una facultad básica para la adquisición de cualquier conocimiento. En relación con la ortografía, es evidente que para avanzar en su dominio es imprescindible la participación de esta facultad. Si queremos que los alumnos progresen, debemos reforzar al máximo su atención, no sólo a la hora de producir escritos sino también cuando leen textos ajenos.

b) La memoria: Tradicionalmente se ha entendido el aprendizaje de la ortografía como el aprendizaje memorístico de una serie de normas. Hoy este método está rechazado como único sistema. Aprender normas ortográficas es importante siempre que las normas sean tan generales y cubran tantos casos que las excepciones sean realmente excepciones. Mucho más productivo resulta trabajar la memoria visual. Muchas veces sabemos cómo se escribe una palabra por la forma con la que recordamos haberla visto escrita.

De ahí la importancia que todos otorgan a la lectura: un buen hábito lector favorece el asentamiento de la forma de las palabras.
c) La capacidad de relación y asociación de elementos: Muchas veces sabemos cómo se escribe una palabra porque la asociamos con la palabra de la que deriva, o porque asociamos su desinencia con la de otras palabras que terminan igual. Fomentar la capacidad de relacionar elementos puede ser una herramienta muy útil en la adquisición
del dominio ortográfico. En este sentido, resulta muy interesante retomar un aspecto que a veces se trabaja poco en las clases de lengua: el estudio de la etimología.

d) El sentido del ritmo: Es un aspecto muy descuidado en la educación y sin embargo fundamental para la adquisición del acento y la entonación. Contrasta la regularidad y la racionalidad que tienen las normas del acento en español con el escaso aprecio que se le otorga a las tildes. Aparte de otros factores, el hecho de que nuestros estudiantes no coloquen acentos tiene que ver con que no tienen conciencia del ritmo de las palabras. Por supuesto, el sentido del ritmo es esencial para leer adecuadamente, utilizando las pausas precisas y dando la entonación adecuada. Una propuesta en este sentido es la de retomar dos actividades de extraordinario valor”.

De acuerdo a los anteriores planteamientos se propuso vincular la comprensión de la ortografía a través del manejo de la huerta escolar como un contexto vivencial en los estudiantes de la zona rural para dejar a un lado su enseñanza tradicional ligada a la repetición y unir a este otras áreas del conocimiento.

 

Metodología :
La metodología utilizada se basa en una participación individual y colectiva que invita a la observación, a la secuencia, a la consulta, a la comparación, a las preguntas, a la comprensión lectora y a la producción textual; exige atención, memorización, el seguir instrucciones sencillas, habilidades motrices, entre otros.


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