El lenguaje en toda su amplitud es fundamental en la educación
escolar, no sólo como un área en sí, sino también como vehículo para las otras
áreas. Cuando se enseña lenguaje, se enseña algo más que una serie de ejes
temáticos de carácter lingüístico, también se forma de herramientas necesarias
para estructurar el pensamiento y abordar con éxito el conocimiento del mundo.
Hoy día, la expresión escrita es una parte de la lengua y dentro
de esa parte, la ortografía ocupa un buen espacio, pues no dominarla, implica costes sociales y
escolares muy elevados en cualquier contexto; derivándose ahí su inmensa
importancia.
Según Agustín uhía Pinilla en su libro orientaciones sobre la
lectura y escritura en la educación básica, pagina 32, dice: “La ortografía hace arte del lenguaje y está íntimamente
vinculada a la lectura y a la escritura, y su dominio depende por consiguiente,
del manejo del vocabulario, de la lectura y de la escritura”. Es por eso,
que la enseñanza de la ortografía debe fundamentarse en el aprendizaje
integrado con el lenguaje, la escritura y la lectura, pues el conocimiento
visual es el auxiliar o punto de apoyo esencial, en asociación con el
significado porque se complementan entre sí, tanto para la escritura como
conocimiento ortográfico de las palabras; sin olvidar que los ejercicios
propiamente ortográficos deben considerar el grado escolar, la edad y las
dificultades q ofrecen en los ejercicios de copia, dictado y producción.
A vista de esta compleja
situación, hay que comprender el por qué del interés social por la ortografía, pues sólo a la
ortografía se le exige que sea “racional” y “lógica”, y ello
tiene que ver con el lugar que ocupa dentro del sistema
lingüístico.
Sea cual sea el estrato en el que se ubique, parece evidente que
la ortografía es un componente externo del sistema lingüístico que tiene la
particularidad de que sólo afecta a un tipo de lenguaje: el escrito.
Tradicionalmente, la ortografía de una palabra depende de uno de
estos tres factores: la pronunciación, la etimología o el uso. Pero en muchas
ocasiones se presenta un conflicto entre ellos, y éstos son los que generan
gran parte de las excepciones. Sin duda, esta falta de criterio racional es uno
de los que más dificultan el aprendizaje de la ortografía.
Según Florentino Paredes en su libro La ortografía: Una visión
multidisciplinar en la pagina 613 propone lo siguiente: “Para dominar la ortografía no basta con atender un solo aspecto, es
necesario que interactúen al menos cuatro facultades: atención, memoria,
relación y ritmo.
a) La atención: Es una facultad básica para
la adquisición de cualquier conocimiento. En relación con la ortografía, es
evidente que para avanzar en su dominio es imprescindible la participación de
esta facultad. Si queremos que los alumnos progresen, debemos reforzar al
máximo su atención, no sólo a la hora de producir escritos sino también cuando
leen textos ajenos.
b) La memoria: Tradicionalmente se ha
entendido el aprendizaje de la ortografía como el aprendizaje memorístico de
una serie de normas. Hoy este método está rechazado como único sistema.
Aprender normas ortográficas es importante siempre que las normas sean tan
generales y cubran tantos casos que las excepciones sean realmente excepciones.
Mucho más productivo resulta trabajar la memoria visual. Muchas veces sabemos
cómo se escribe una palabra por la forma con la que recordamos haberla visto
escrita.
De ahí la importancia que
todos otorgan a la lectura: un buen hábito lector favorece el asentamiento de
la forma de las palabras.
c) La capacidad de
relación y asociación de elementos: Muchas veces sabemos cómo se escribe una
palabra porque la asociamos con la palabra de la que deriva, o porque asociamos
su desinencia con la de otras palabras que terminan igual. Fomentar la
capacidad de relacionar elementos puede ser una herramienta muy útil en la
adquisición
del dominio ortográfico.
En este sentido, resulta muy interesante retomar un aspecto que a veces se
trabaja poco en las clases de lengua: el estudio de la etimología.
d) El sentido del ritmo: Es un aspecto muy
descuidado en la educación y sin embargo fundamental para la adquisición del
acento y la entonación. Contrasta la regularidad y la racionalidad que tienen
las normas del acento en español con el escaso aprecio que se le otorga a las
tildes. Aparte de otros factores, el hecho de que nuestros estudiantes no
coloquen acentos tiene que ver con que no tienen conciencia del ritmo de las
palabras. Por supuesto, el sentido del ritmo es esencial para leer
adecuadamente, utilizando las pausas precisas y dando la entonación adecuada.
Una propuesta en este sentido es la de retomar dos actividades de
extraordinario valor”.
De acuerdo a los anteriores planteamientos se propuso vincular
la comprensión de la ortografía a través del manejo de la huerta escolar como un
contexto vivencial en los estudiantes de la zona rural para dejar a un lado su
enseñanza tradicional ligada a la repetición y unir a este otras áreas del
conocimiento.
Metodología :
La metodología
utilizada se basa en una participación individual y colectiva que invita a la
observación, a la secuencia, a la consulta, a la comparación, a las preguntas,
a la comprensión lectora y a la producción textual; exige atención,
memorización, el seguir instrucciones sencillas, habilidades motrices, entre
otros.